[Volver al índice de obras]
Me rompió el corazón, luego de haberme enamorado,
chico que creí perfecto y deseado,
apenas lo vi, me perdí en su mirada
y así me tenía loca y desesperada.
Una sorpresa en la vida de mi corazón
esta terrible y pronosticada realidad, él me confesó,
sí, a su ex, aún la amaba y añoraba
Luz María, cual nombre resuena en mi memoria.
Como torbellino hacia mí, la desesperación vino,
Elvis, por qué desgarraste mi corazón
arañando mi alma, al saber tu verdad
si decías quererme.
Lo peor, de esta desgarradora y adorable historia
simplemente, tus palabras y acciones
me señalaron el sendero
hacia tu verdad.
¿Dolió? Já, ja, ja. La verdad sí me dolió
para qué negarlo, después de todo
gratos recuerdos compartidos,
quedarán en este enamorado corazón.
Ahora, ¿Qué haré? Cupido, dime qué merezco hoy
nada, en contra mía todo está,
la llama del amor se apagó en mí
ay, qué desgarradora situación.
¿Será posible? he barzoneado por desiertos,
buscando amor en lugares inciertos?
¿Qué conseguí? ¡Nada!
Solo llorar bajo el cobijo de mi almohada.
¡Fingir caminar!
No puedo hacer más
Pero aún así me rebelaré
Hoy la verdad mostraré.
Sin rumbo y sin destino me encuentro caminando,
navegando en el triste desierto,
empezando a creer
que ya nada puedo hacer.
Desearía olvidar aquellas oscuras noches
y solo sentir la frialdad de las paredes de mi casa
dejando el calor de las frazadas envueltas en mi cama
y al fin, abandonar tu recuerdo.
Llorar, está prohibido,
gritar también lo está,
solo me queda caminar;
avanzar sin voltear atrás.
Basta ya,
la vida sigue su marcha,
y algún día, agradeceré
por lo que acaba de sucederme.
Seudónimo: Poeta sin fronteras