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Un día como cualquiera, Balto un lindo cachorrito se encontraba descansando en el cuarto de su dueña llamada Abby, de repente despertó y fue corriendo al cuarto de la prima de Abby donde se encontraba su mejor amigo Toby, ellos jugaban todo el rato, Abby y su prima se fueron al colegio a estudiar, Toby y Balto se quedaron con su tía de Abby, la cual para el desayuno tostaba quinua y algunos cereales diversos, etc.
Había una puerta, la cual impedía que Toby y Balto salieran a la calle, Toby se había ido a descansar mientras Balto se quedó con la tía de Abby, de repente la puerta se abrió, Balto era muy curioso, así que salió a investigar. Encontró a muchos amigos, lo malo era que le tenía miedo a los carros, pero cuando los otros perros cruzaban el también aprovechaba de la ocasión, Balto se divirtió muchísimo, de repente se dio cuenta que estaba perdido.
Balto fue por un camino donde pensaba que estaba la casa, pero se encontraba cada vez con lugares desconocidos, caminando, caminando se encontró en un callejón de una casona del puente Bolognesi, como era muy curioso decidió entrar y allí se encontró con muchos perros con rabia, él tuvo miedo cuando de repente un perro lo atacó mordiéndole la pata izquierda comenzó a chillar y se fue de ese lugar cojeando, luego encontró un mercado donde decidió entrar porque tenía hambre, este mercado tenía olor a chicharrón y pastel de papa, se acercó donde un señor que se encontraba comiendo, Baldo se sintió muy mal y daba arqueadas de vómito, fue entonces cuando el dueño del pequeño puesto lo boto con una escoba golpeándolo, este se fue cojeando.
Caminando, caminando se dio cuenta que llegó a un parque enorme, con árboles tan grandes que sus sombras hacían que el sol pase solo para decorar con pequeñas luces el pasto verde y refrescante, en este jugaba una niña que columpiándose hacía que su vestido se eleve como el de una princesa, ella se encontraba con sus padres, al verlo solo y tierno tuvo pena de este cachorro y lo llevó a su casa, la niña no sabía que él estaba lastimado, lo recostó en una sábana y le dio de comer, Balto se sentía triste porque quería estar con Abby .
Cuando ya era noche Balto decidió escaparse porque extrañaba a Abby, decidiendo ir en busca de su hogar. Ya era de noche y Balto tenía mucho frío pero no se amínalo, continuó su rumbo, hasta que llegó a un punto en que decidió acostarse para descansar en la vereda pero hacía más frío, este estaba cerca de una plaza con enormes palmeras y portales, a un costado se encontraba una pequeña iglesia, donde Balto caminó a recostarse allí, ya que en los portales hacia mucho viento, mas parecía un mirador, donde trato de ver su casa, pero no pudo distinguirla.
Cuando amaneció Balto continúo su rumbo, de repente vio a la mejor amiga de Abby que se llamaba Luna, cuando Luna lo vio decidió enseguida llamar a Abby y le dijo:
—¡Abby me encontré a Balto en la calle, tienes que venir a recogerlo a hora mismo!
—¡Voy en seguida! Abby —le respondió.
Balto se quedó a lado de Luna, mientras Abby se estaba apurando a ir al lugar donde se encontraba Balto, el cachorro se sintió más aliviado y decidió continuar su camino a casa. Al llegar Abby no encontró a Balto se puso a llorar y regreso a casa, Balto paso por muchos lugares entre ellos colegios, calles y avenidas, habían pasado ya 2 días.
Abby pensaba más cosas negativas que positivas. Un día Balto reconoció la tienda donde Abby siempre compraba y supo que estaba cerca de casa, emocionado movía la cola y solo pensaba en jugar con su dueña y comer rico, darse un buen baño y dormir plácidamente. Rodeaba la tienda y los alrededores, olfateando el aroma de Abby para encontrarla, de pronto encontró la puerta de su casa y con sus patitas raspo y raspo con desesperación la puerta ladrando y saltando, Abby quien escuchaba los ruidos abrió la puerta enseguida y allí esta Baldo lanzándose con mucho animó a los brazos de su querida Abby, ella se puso a llorar de alegría y junto con Toby se abrazaron juntos.
Desde ese día Abby dejo las puertas bien aseguradas, para que no ocurriera lo mismo.
Había una puerta, la cual impedía que Toby y Balto salieran a la calle, Toby se había ido a descansar mientras Balto se quedó con la tía de Abby, de repente la puerta se abrió, Balto era muy curioso, así que salió a investigar. Encontró a muchos amigos, lo malo era que le tenía miedo a los carros, pero cuando los otros perros cruzaban el también aprovechaba de la ocasión, Balto se divirtió muchísimo, de repente se dio cuenta que estaba perdido.
Balto fue por un camino donde pensaba que estaba la casa, pero se encontraba cada vez con lugares desconocidos, caminando, caminando se encontró en un callejón de una casona del puente Bolognesi, como era muy curioso decidió entrar y allí se encontró con muchos perros con rabia, él tuvo miedo cuando de repente un perro lo atacó mordiéndole la pata izquierda comenzó a chillar y se fue de ese lugar cojeando, luego encontró un mercado donde decidió entrar porque tenía hambre, este mercado tenía olor a chicharrón y pastel de papa, se acercó donde un señor que se encontraba comiendo, Baldo se sintió muy mal y daba arqueadas de vómito, fue entonces cuando el dueño del pequeño puesto lo boto con una escoba golpeándolo, este se fue cojeando.
Caminando, caminando se dio cuenta que llegó a un parque enorme, con árboles tan grandes que sus sombras hacían que el sol pase solo para decorar con pequeñas luces el pasto verde y refrescante, en este jugaba una niña que columpiándose hacía que su vestido se eleve como el de una princesa, ella se encontraba con sus padres, al verlo solo y tierno tuvo pena de este cachorro y lo llevó a su casa, la niña no sabía que él estaba lastimado, lo recostó en una sábana y le dio de comer, Balto se sentía triste porque quería estar con Abby .
Cuando ya era noche Balto decidió escaparse porque extrañaba a Abby, decidiendo ir en busca de su hogar. Ya era de noche y Balto tenía mucho frío pero no se amínalo, continuó su rumbo, hasta que llegó a un punto en que decidió acostarse para descansar en la vereda pero hacía más frío, este estaba cerca de una plaza con enormes palmeras y portales, a un costado se encontraba una pequeña iglesia, donde Balto caminó a recostarse allí, ya que en los portales hacia mucho viento, mas parecía un mirador, donde trato de ver su casa, pero no pudo distinguirla.
Cuando amaneció Balto continúo su rumbo, de repente vio a la mejor amiga de Abby que se llamaba Luna, cuando Luna lo vio decidió enseguida llamar a Abby y le dijo:
—¡Abby me encontré a Balto en la calle, tienes que venir a recogerlo a hora mismo!
—¡Voy en seguida! Abby —le respondió.
Balto se quedó a lado de Luna, mientras Abby se estaba apurando a ir al lugar donde se encontraba Balto, el cachorro se sintió más aliviado y decidió continuar su camino a casa. Al llegar Abby no encontró a Balto se puso a llorar y regreso a casa, Balto paso por muchos lugares entre ellos colegios, calles y avenidas, habían pasado ya 2 días.
Abby pensaba más cosas negativas que positivas. Un día Balto reconoció la tienda donde Abby siempre compraba y supo que estaba cerca de casa, emocionado movía la cola y solo pensaba en jugar con su dueña y comer rico, darse un buen baño y dormir plácidamente. Rodeaba la tienda y los alrededores, olfateando el aroma de Abby para encontrarla, de pronto encontró la puerta de su casa y con sus patitas raspo y raspo con desesperación la puerta ladrando y saltando, Abby quien escuchaba los ruidos abrió la puerta enseguida y allí esta Baldo lanzándose con mucho animó a los brazos de su querida Abby, ella se puso a llorar de alegría y junto con Toby se abrazaron juntos.
Desde ese día Abby dejo las puertas bien aseguradas, para que no ocurriera lo mismo.
Seudónimo: Yuri