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Él es Kayn un chico normal de clase media, nada sobresaliente en la escuela, apasionado por los juegos de videos, siempre con la presión de sus padres que sin cesar le recordaban y atormentaban con el hecho que tiene que ser un hombre de “éxito” un gerente de su propia empresa un presidente que tenía que ser lo mejor de lo mejor o de lo contrario lo mandarían a un colegio militar, “la mayor pesadilla” para “los vagos“ claramente sin olvidar antes que la iglesia es lo más importante porque sin Dios, nadie estaría aquí. Kayn sin un ejemplar modelo paterno que le enseñase diversas cosas sobre la vida, hallando refugio moral en nadie más que su primo Sergio el único que estaba dispuesto a ayudarlo y comprenderlo sin juzgarlo pasando por el séptimo grado, un par de niños sin saber qué hacer.
Kayn un chico gordito, perdón de “huesos anchos”, que “se le caía la baba” por el despampanante aspecto físico de las chicas de noveno grado, pasando al octavo grado, recién unos niños convirtiéndose en adolescentes, descubriendo su cuerpo en estas etapas de cambio, a pesar de caer rendido a los pies de esas hermosas jovencitas había algo más, una chica de séptimo grado algo tímida, con una bonita sonrisa y algo que la hacía sobresalir con respecto a las demás féminas de grados superiores, y es que ella no presumía de su cuerpo y de todos los escotes que tenían sus vestidos, ella no era como el resto, ella no era así.
Sintiendo un amor verdadero, a pesar de no conocerla se interesó en ella porque no era como ninguna de las demás chicas, con un hermoso y glorioso cabello color caramelo, que veía con asombro cómo su cabello se movía al son de la brisa veraniega, deslumbrado por el color de este ante la luz del sol que resplandecía con tan grande intensidad, lo que llevó a Kayn a enamorarse de ella profundamente, desviándolo de su propia vida todo por un amor que a pesar que él sabía que era más que imposible. Pese a todo ello, en ese momento, justo allí debajo del empíreo cielo y encima del fulgurante sol lo intentó, teniendo como únicos y fieles compañeros el valor y confianza en sí mismo para hablarle, pero cuando “soltó la bomba”. Ella le contestó:
—¿Contigo?... ¡Ja! Ni loca.
Para ese momento Kayn al estar destrozado sentimentalmente y deprimido, él jamás pensó que llegaría a pensar en la estúpida opción del suicidio, recapacitando se dio cuenta que después de ese momento, justo después de que le hayan construido su frágil torre de la poca confianza en sí mismo, comenzó a odiarse, no quería nada en esta vida al estar en un profundo bajón emocional, que le dejó de importar su vida, al aborrecer al mundo sin motivo alguno más allá de su melancolía, dejó de comer, de hacer sus tareas, descuidó sus estudios, su imagen porque no lo aceptaron como es…
Después de mucho tiempo de estar aislado del mundo halló algo que lo motivaba a seguir. Al darse cuenta que después de su depresión y su divorcio con la comida, notó que de ser casi una bola, ahora era delgado, pensando que así tal vez tenga una oportunidad de estar con esa chica se dio cuenta que su complejo de ser “gordo” Había desaparecido porque ahora era delgado.
Después de tantos años de vivir en un infierno acomplejado por su forma física por fin estaba “Libre”, ya después de algún tiempo de superar su depresión se dio cuenta que la única forma para que le gustase a alguien es gustarte a ti mismo, después es cuando a la gente le gustarás, bajando de peso de forma insana al perder de todo al no llevar una buena alimentación, al ser un enclenque sin músculos se dedicó fielmente a cultivar su cuerpo, a cuidar su templo como lo debió hacer desde un comienzo, recordando lo que una persona le dijo hace mucho tiempo: “recuerda cuando estés en el abismo hay que saber buscar por dentro de ti mismo”.
Después de tiempo de haber empezado a entrenar, volvió a caer en depresión tras llevar meses sin ver resultados satisfactorios, tras patear muchas piedras por su camino, se topó con un tipo que después de verlo triste comenzó a motivarlo recitando: Un gran objetivo conlleva sacrificios, exigencia, voluntad y un gran valor… Renunciar a placeres a corto plazo y algunos vicios que a veces necesitamos, no es autocastigo, recuerda que esto es por un fin mayor, recuerda la finalidad el “ser mejor”, porque la autodisciplina es el don que te hará alcanzar los anhelos más profundos de tu corazón, y demostrarte a ti mismo que la fuerza proviene del corazón, de la mente de hacer un esfuerzo consciente, la meta final es el colofón, compórtate con rectitud y honradez, respétate y te respetarán… muchos hablan de él sin saber lo que es, has de ganarlo no se puede imponer, con furia no vences a un oponente, templanza concentración, constantemente, encuentra el equilibrio así serás mucho más fuerte, sin miedo sin distracción y ten presente, tu cuerpo es tu templo, cuídalo… es uno con tu mente y espíritu, entiéndelo!
Y de esta forma es como Kayn tras esta epifanía, tras darse cuenta que su vida sin destino estaba yendo a mal decidió entrenar para cultivar su cuerpo alimentarlo, nutrirlo, para ser lo mejor en este mundo, persiguiendo su sueño que algún día encuentre el equilibrio.
Kayn un chico gordito, perdón de “huesos anchos”, que “se le caía la baba” por el despampanante aspecto físico de las chicas de noveno grado, pasando al octavo grado, recién unos niños convirtiéndose en adolescentes, descubriendo su cuerpo en estas etapas de cambio, a pesar de caer rendido a los pies de esas hermosas jovencitas había algo más, una chica de séptimo grado algo tímida, con una bonita sonrisa y algo que la hacía sobresalir con respecto a las demás féminas de grados superiores, y es que ella no presumía de su cuerpo y de todos los escotes que tenían sus vestidos, ella no era como el resto, ella no era así.
Sintiendo un amor verdadero, a pesar de no conocerla se interesó en ella porque no era como ninguna de las demás chicas, con un hermoso y glorioso cabello color caramelo, que veía con asombro cómo su cabello se movía al son de la brisa veraniega, deslumbrado por el color de este ante la luz del sol que resplandecía con tan grande intensidad, lo que llevó a Kayn a enamorarse de ella profundamente, desviándolo de su propia vida todo por un amor que a pesar que él sabía que era más que imposible. Pese a todo ello, en ese momento, justo allí debajo del empíreo cielo y encima del fulgurante sol lo intentó, teniendo como únicos y fieles compañeros el valor y confianza en sí mismo para hablarle, pero cuando “soltó la bomba”. Ella le contestó:
—¿Contigo?... ¡Ja! Ni loca.
Para ese momento Kayn al estar destrozado sentimentalmente y deprimido, él jamás pensó que llegaría a pensar en la estúpida opción del suicidio, recapacitando se dio cuenta que después de ese momento, justo después de que le hayan construido su frágil torre de la poca confianza en sí mismo, comenzó a odiarse, no quería nada en esta vida al estar en un profundo bajón emocional, que le dejó de importar su vida, al aborrecer al mundo sin motivo alguno más allá de su melancolía, dejó de comer, de hacer sus tareas, descuidó sus estudios, su imagen porque no lo aceptaron como es…
Después de mucho tiempo de estar aislado del mundo halló algo que lo motivaba a seguir. Al darse cuenta que después de su depresión y su divorcio con la comida, notó que de ser casi una bola, ahora era delgado, pensando que así tal vez tenga una oportunidad de estar con esa chica se dio cuenta que su complejo de ser “gordo” Había desaparecido porque ahora era delgado.
Después de tantos años de vivir en un infierno acomplejado por su forma física por fin estaba “Libre”, ya después de algún tiempo de superar su depresión se dio cuenta que la única forma para que le gustase a alguien es gustarte a ti mismo, después es cuando a la gente le gustarás, bajando de peso de forma insana al perder de todo al no llevar una buena alimentación, al ser un enclenque sin músculos se dedicó fielmente a cultivar su cuerpo, a cuidar su templo como lo debió hacer desde un comienzo, recordando lo que una persona le dijo hace mucho tiempo: “recuerda cuando estés en el abismo hay que saber buscar por dentro de ti mismo”.
Después de tiempo de haber empezado a entrenar, volvió a caer en depresión tras llevar meses sin ver resultados satisfactorios, tras patear muchas piedras por su camino, se topó con un tipo que después de verlo triste comenzó a motivarlo recitando: Un gran objetivo conlleva sacrificios, exigencia, voluntad y un gran valor… Renunciar a placeres a corto plazo y algunos vicios que a veces necesitamos, no es autocastigo, recuerda que esto es por un fin mayor, recuerda la finalidad el “ser mejor”, porque la autodisciplina es el don que te hará alcanzar los anhelos más profundos de tu corazón, y demostrarte a ti mismo que la fuerza proviene del corazón, de la mente de hacer un esfuerzo consciente, la meta final es el colofón, compórtate con rectitud y honradez, respétate y te respetarán… muchos hablan de él sin saber lo que es, has de ganarlo no se puede imponer, con furia no vences a un oponente, templanza concentración, constantemente, encuentra el equilibrio así serás mucho más fuerte, sin miedo sin distracción y ten presente, tu cuerpo es tu templo, cuídalo… es uno con tu mente y espíritu, entiéndelo!
Y de esta forma es como Kayn tras esta epifanía, tras darse cuenta que su vida sin destino estaba yendo a mal decidió entrenar para cultivar su cuerpo alimentarlo, nutrirlo, para ser lo mejor en este mundo, persiguiendo su sueño que algún día encuentre el equilibrio.
Seudónimo: I’Mathews