[Volver al índice de obras]
Si pudiera sentir la libertad con sus letras sobre mi pecho
abriría los ojos hacia lo que se extiende ante mis sueños y los seguiría.
Si mi silencio expresará aquello que deseo,
te susurraría a un único ritmo que mi alma necesita liberarse… liberarse
liberarse de aquellas rejas que me encierran en una barrera interna.
La libertad… enfocar siquiera su sonido a algo que libera no es lo mismo
no es igual si quiera a aquello que con recelo he esperado durante tanto tiempo
aquel instante que tal vez nunca acabe pero igual aún conserva la esperanza.
Si mis ojos pudieran apreciar lo que mi alma aguarda,
confiaría ciegamente en que quisiera ser libre
en un contexto único que nazca de lo que amo.
Al compás de una lluvia que cae bajo la infinidad de la fría soledad nocturna
me siento con el cansancio sobre mi culpa
y percibo en el mirar mi desvanecimiento
porque la liberad se consigue con coraje
y mi amor es así como te perdí.
Aquel coraje que se me escapo de las manos y no tuve para defenderte
pero a diferencia de mí, te vi como siempre tan feliz ese último día…
aquel día en que te alejaste
y te separaron de mí…
solo por el intento de ser feliz y yo en mi temor del peligro… calle.
Si pudiera amarte con la intensidad que me falto para demostrar que te amo
mi amor lo haría, porque el tiempo no calma este dolor
el dolor que desgarra mi alma y mi corazón que no me permite respirar.
Hoy que siento mi vida culminar a un paso que ni concibo
comprendo que lo que quise no era la vida… porque la vida libre sin ti no es libertad
que tu sonrisa y aquellos ojos tuyos me transmitían en lo que siempre quise y querré de ti
aquel amor que ni merezco por mis demonios internos.
Si me preguntas si prefiero vivir en una libertad de leyes y palabras
te respondería que prefiero una muerte en la que pueda amarte
pues las rejas son la vida que encarcela en muros que aprisionan
mas mi liberación eres tú,
aunque la muerte es la culpa de aquello que renuncie que no podre obtener.
Entonces mi amor ya llega el instante que merecía
apaciguar y silenciar mis culpas bajo el alivio de la muerte
y tal vez en la otra vida podrás comprender que nunca dejare de amarte
que prefiero renunciar a mi vida que renunciar a ti dos veces
y con ella la condena de un infierno que ya sentí en vida
a un cielo que me prometieron en él nunca nos dejaran permanecer juntos .
Pero pensar que veré tu sonrisa en la mirada que iluminó mi existencia me vivifica
pues sabré que tal vez me esperas en el infierno donde sin importar las flamas de nuestros pecados
arderemos juntos como siempre supimos… porque nuestro amor no es común
y si morir soluciona las acciones del destino, está bien…
porque te besare como lo hice hace ya mucho tiempo y te estrechare bajo mis brazos
sin la conciencia de lo que la espera nos hizo.
Seudónimo: Liz