[Volver al índice de obras]
Como fue que cambió una sonrisa divina por una noche de angustia y dolor,
si aquel infinito se deslumbraba tan cerca de alcanzar,
tu adiós y tu partida; llora, grita y reclama mi corazón
no debiste ilusionar un alma perdida, si no tenías intenciones de amar.
Nuestro amor ha dado sus últimos suspiros y su última lágrima al trazar su final,
lo comprendo, pues al igual que él, yo también me dejé engatusar por tu mirar.
Tantas muestras de afecto y ninguna se quedarán ni nos acompañará.
Tantas promesas y metas propuestas, y ninguna de ellas se cumplirán.
Dime, ¿para qué sirve el amor?, ¿para qué sirven los "te amo"?,
¿cuál es la función de un beso?, ¿cuál es la función de un abrazo?;
si cuando ingenua creí, yo haberme enamorado,
que a tu lado con mis manos, el cielo hubiera alcanzado,
que el mundo era hermoso, bueno y estaba sano...
Me despertaste de un golpe y soltaste de mi mano.
Te susurré al oído," me quebraste pedazo a pedazo",
pero aun así ya te habías ido, como si nunca me hubieras amado.
Reaccioné de mis fantasías y dije "¡Por Dios, es un ser humano!"
¿Qué esperaba? El ser humano nunca ha amado.
Te creí perfecto, aún en mi juicio más sano,
creí en lo divino del amor,
creí en la bondad de este mundo raro.
Me emocioné con tu ardor.
Me emocioné con tu buen lado.
Pero cometí el error,
de haberme enamorado.
Pues no existe tal amor,
no pertenece al ser humano.
Seudónimo: Venas Azules