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Aún recuerdo ese día, ese día cuando mi vida en la cárcel cambio por completo. Sonó la alarma, quiere decir que nos darían de comer, así que fui camino al comedor y me senté con mis compañeros que conocí en prisión: Robin, Alan y Dwain, estuvieron en prisión por crímenes leves como robos, choques de autos y así, pero yo los veía como mis únicos amigos.
En el almuerzo lo vimos agarrar un plato y recibir su almuerzo pero Alan se paró y fue a molestarlo pero yo lo tome del brazo y mirándolo fijamente a los ojos le dije: Ni siquiera lo pienses, el me miró fijamente a los ojos y me dijo: Si yo no lo molesto, alguien más lo hará, con fuerza retiro mi mano de su brazo, no pude evitarlo, fue hacia él un hombre delgado a insultarlo y después tiró su plato de comida al suelo, pero tal vez así era mejor porque si no otro le hubieran hecho cosas peores, no fue una primera buena impresión para aquel sujeto, pero la vid nunca da lo que uno quiere. Al ir a mi celda me encuentro con la sorpresa de que aquel sujeto estaría en la celda de mi izquierda, me daría todo el tiempo que requiera para conocerlo más y saber qué fue lo que hizo.
A los pocos días yo me encontraba en el patio de juegos cuando de repente me encontré a aquel sujeto, y se acercó a mi disimuladamente, mientras pensaba que decirle, él me dijo: Dicen que tú puedes conseguir lo que sea, a lo que respondí: Lo que sea, con tal de que me des un buen precio. Entonces este individuo se remango su polo y me mostro un lujoso reloj de oro, se lo sacó y me lo dio, yo le dije: Con esto, puedes pedir lo que sea, pero el sólo respondió riéndose: Bueno solo quiero una soga de 5 metros y un martillo, yo sabía lo que haría y me negué a conseguirlo, pero después de todo a mí que me importa, así que nos estrechamos las mano y me comprometí y conseguirlo, después le pregunte:¿Cómo te llamas?, él dijo: Andy Robbins, sentí que ese nombre me marcaria de por vida.
En aquel tiempo yo trabajaba temporalmente en la biblioteca que quedaba al lado de la ferretería de los guardias, así que era cierto, podía conseguir lo que sea; al anochecer cuando los guardias estaban detraídos le pase aquellos objetos y él me dijo: No todo tiene escapatoria ¿no? ,yo le dije sí, pero no podemos condenarnos a una vida infeliz por una elección de la cual estamos arrepentidos.
Al día siguiente yo casi estaba seguro de que se había quitado la vida, pero al llamado de los guardias lo vi, con una sonrisa en el rostro, como si estuviese disfrutando estar en prisión, al observarlo todo el día pude concluir que ya no pasara más por su cabeza aquella idea de quitarse la vida, mientras barría escuche de nuevo el sonido de un automóvil y veía que todos los presos dejaron de hacer sus cosas y se acercaron a las rejas a insultar y molestar a los nuevos, para mí eso ya no era de importancia pero pude darme cuenta que Andy fue a ver a los nuevos, yo estaba condenado a 35 años de cárcel así que ya perdí todo el interés de la libertad. Más tarde en el almuerzo pude tener la confianza de Andy y él me contó que un día que llegaba del trabajo encontró a su esposa muerta en su cama con heridas de bala, al resolverse el caso se pudo determinar de que el arma que se usó fué un revolver y que el cuerpo tenía 8 balas así que encontraron culpable a Andy, al ver sus huellas digitales por todo lado y le dieron cadena perpetua al pensar que después de descargar todas las balas del arma en la chica, volvió a cargar el arma y volvió a disparar, pero Andy aseguraba que no había sido él.
Nos juntamos con un grupo de personas e hicimos deportes, leímos libros junto con Andy, él trabajaba como notario público antes de estar en prisión así que le daba clases a algunas personas para cuando salgan de prisión puedan tener una carrera y poder trabajar, a Andy siempre le gustó ayudar a las personas, tenía cierto aprecio a uno de sus alumnos llamado Martin, él era su estudiante más destacado y el alcaide en ocasiones le daba trabajo porque él no quería pagar un notario público, Andy no tenía opción y hacia ese trabajo y a veces el alcaide le dejaba mucho, pero Martin lo ayudaba cada vez que podía, así que Andy siempre le tenía mayor aprecio, cierto día Andy estaba platicando con Martin y le comento que al salir de prisión, quería ser algo más que simplemente un ladrón, así que se comprometió a hacer todo lo que le diga, ¿Cómo lo sé yo? Porque Martin era mi hermano.
Ya habían pasado 8 años, claramente mi mente no lo podía procesar, en el espejo veía algunas canas, mi hermano era un niño y ya era más alto que yo, ese día ,ese despreciable día sentí que algo malo iba a pasar, y no suelo equivocarme, mi hermano ese día iba a salir de prisión, pero el sabía todo sobre el alcaide ya que atendía sus asuntos, ya eran las 2:00de la tarde y estaba conversando con Martin y Andy cuando los guardias llamaron a Martin y se despidieron, pero uno le dijo: Oye me ayudas, olvide mi arma en aquella banca, él no quería recogerla porque estaba fuera de los límites de aquella cárcel, pero no le importó, el policía le gritó: No olvides apuntar hacia abajo, te puedes hacer daño. Cuando Martin tomó el arma y regresó corriendo el guardia gritó: ¡Preso armado! Y vi claramente como una bala atravesó su pierna y otras su cabeza, Andy lloró como nunca, realmente le tenía afecto, yo aún no lo creía, estaba tan cerca de la libertad y tuvo que pasarle eso, Andy estuvo triste por todo un año, no hablaba con nadie, no comía, se peleaba con los guardias y ya no me hablaba, hasta un viernes que yo estaba con Alan en el patio hablando de lo buena que es la vida afuera de las rejas y Andy se sentó a mi lado, a Alan le desagradaba Andy así que se paró y se fue y Andy me dijo: Yo trabaje duro con tu hermano, enserio duro, ya estaba listo para ser profesor o incluso abogado, No fue justo lo que le paso, pero le paso y mientras lo acepte será mejor, en mi vida solo tuve dos buenos momentos, cuando le enseñaba a tu hermano era uno y otro fue debajo de un árbol, en una pradera, la primera de pasto amarillo yendo a Carolina del norte, cuando estaba con mi esposa y compartimos secretos, debajo de ese árbol enterré mi tesoro más grande, él momento fue casi tan bueno como cuando me compre una casa en El Caribe, pero fue felicidad momentánea, nunca me hubiera imaginado que estaría preso.Yo le dije: Andy fuiste el mejor amigo que tuve.
Andy solo me sonrió y se fue, sentí que con esas palabras se despedía de un largo viaje que haría, y que no lo vería nunca más, esa noche pasó por mi cabeza que a Andy por no tener un motivo por el que vivir se quitaría la vida, pero no podía hacer nada, después de todo ¿Qué le quedaba?, Al día siguiente me levante, ya estaba aburrido de ponerme los mismos zapatos todos los días, de ver las mismas paredes, los mismos guardias, pero en fin me levante y fui a formar, pero no vi a Andy, ya suponía que pasaba. Al pasar la lista gritaron: ¡¡Andy Robbinson, ANDY ROBBINSON, ¡¡más vale que estés muerto porque te dolerá la paliza que te voy a dar!!
Deje de escuchar gritos y ese guardia llamó a los demás y supuse que verdaderamente se había quitado la vida, pero entonces vino el alcaide y pensé:¿Tanto vale la vida de un preso?, cuando vi que 4 guardias venían hacia mí y me trajeron a empujones donde el alcaide, al ver la celda de Andy no vi ningún cuerpo, ninguna soga ni nada, entonces el alcaide me miro y me dijo: Tú y el eran como uña y mugre, así que dime¿¡A DONDE SE FUE!?.Yo no sabía que decirle, estaba tan desconcertado como él, ¿Cómo es que desapareció sin dejar pista?
Entonces él dijo: Ya sé que pasa aquí, él era un ángel ¿no?, Dios vino y se lo llevó ¿no?, desapareció como humo ¿no?
Pude observar que el alcaide sacó un cuchillo de su bolsillo y decía: No hay nada en este cuarto, solo concreto de 2 metro de grosor y estas celdas indestructibles, sin nombrar estos pósters de bellas mujeres, pero quisiera saber ¡DONDE ESTÁ ANDY!; mientras tiro su cuchillo con fuerza a uno de los posters que ocupaba todo el muro y se escuchó un sonido agudo, como si el cuchillo hubiese atravesado el muro, el alcaide sacó el gran póster y evidentemente Andy no era un Ángel porque había un túnel que llevaba al desagüe,
Lo que había pasado es que aquel día que Andy me pidió la soga y el martillo puntiagudo, tenía intenciones de quitarse la vida, esa noche trato de escribir su nombre en la pared para que después de morir lo recordaran, pero al escribir su nombre se desprendió un pedazo de concreto que estaba viejo, entonces Andy que sabía de arquitectura supo que esa prisión después de funcionar 70 años, los muros estaban viejos y gastados así que ideó un plan; compró un poster grande, casi tan grande como la pared y cuando todos dormían el hacia un túnel con el martillo detrás del poster, y al día siguiente sacaba el polvo entre sus pantalones y lo tiraba en la tierra. Después de trabajar 5 años como notario público del alcaide Andy sabia de todos sus movimientos y cuentas bancarias, todos sus fondos monetarios, todos sus ingresos, y ya había conseguido su firma con mentiras, sólo le hacía falta ir a un banco y retirar todo. Pero para eso le hacía falta ser libre, después de hacer su túnel no estaba terminado del todo su trabajo, tuvo que esperar noches tormentosas para así en cada rayo golpear la tubería con una roca, así no se sospecharían del ruido, tuvo que hacer eso durante 3 años más, la paciencia fue algo que siempre Andy manejó, pero no sé cómo alguien pudo soportar tanto tiempo estando tan cerca de la libertad, cuando una noche Andy golpeaba la tubería, esta se rompió después de dos años, pero no sería fácil entrar ya que tendría que arrastrarse por 2 kilómetros en una tubería angosta cubierta de excremento humano hasta la mitad, Andy se preparó mentalmente dos días para soportar eso, el ultimo día que estuvo en prisión se llevó uno de los ternos del alcaide en una bolsa hermética junto con unos zapatos, Andy Robbins se ganó su libertad al ser inocente y soportar todo tipo de abusos, y no solo eso, sino la astucia que tuvo al cavilar sobre la manera de escapar de prisión sin que nadie se diera cuenta, Andy se había ganado su libertad. Pero claro, ¿Cómo sabría eso el alcaide? cinco días después del escape de Andy se habían divulgado en las noticias los fraudes cometidos por el alcaide, resulta que era culpable por documentos falsos y fue sobornado por miles de dólares, yo solo estaba parado mirando la reja, esperando a que llegase la policía.
Entonces vi cómo llegaron 5 patrullas de policías y fueron a la oficina del alcaide. Después pude enterarme que cuando iba a ser arrestado el alcaide, este se disparó en el cráneo, estoy seguro que lo único que pensó antes de que el proyectil atravesara su cabeza fue ¡¿Cómo demonios escapo Andy?! y como se sabe nadie tiene la vida comprada. Mis días en prisión después de la partida de Andy ya no tenían sentido, no era como antes, hasta que un dichoso día me llamaron para un test psicológico y faltándome sólo 4 años me dieron libertad por buena conducta y por la asertiva nota en el test psicológico.
Un día regresando a mi casa pase por una armería y vi un revólver a buen precio, tenía el dinero en mi bolsillo, lo compré y fui a casa, recuerdo que me sentía ansioso por algo, puse las balas dentro del arma con dirección a mi cabeza, cuando pude recordar aquellas palabras que me dijo Andy (Lo del árbol con sus posesiones valiosas y su supuesta casa en una hermosa playa) no era algo que creía; pero después de todo, ¿Qué más puedo perder?, guardé el arma debajo de un mueble y con las pocas monedas compre un boleto de autobús hasta aquel lugar, no pensé en como regresar, pero sabía que no me arrepentiría, al llegar a ese gran árbol vi unas rocas grandes brillantes y planas, estaba agotado así que moví una para sentarme y al levantar la roca observé que había una gran caja de metal debajo de las rocas, moví las rocas y abrí la caja. Me di una gran sorpresa al ver cerca de cuatro mil dólares, el martillo que le di a Andy en prisión y una carta que ubicaba una pequeña playa en el Caribe. Fui hacia el pueblo y me compré el mejor traje que había junto con unos zapatos y un auto.
Entonces conduje hacia esa playa, me quité los zapatos, la camisa y comencé a correr hacia el mar, quería dejar mi vida atrás y tener una nueva, cuando llegué al mar y no vi a Andy ni una casa ni nada, me sentí decepcionado luego comencé a ver un bote acercarse y al ver a la derecha pude observar una bella casa, entonces el bote se pudo acercar lo suficiente para que pueda reconocer a su piloto, vi a Andy con una enorme sonrisa, de inmediato me puse feliz, fui a abrazar a Andy y él me dijo: “Después de todo, si se puede encontrar la felicidad dos veces”.
Andy me enseñó que, aunque no siempre se tiene lo que se quiere, hay que ser felices con lo que se tiene.
Seudónimo: François Ibañez
En el almuerzo lo vimos agarrar un plato y recibir su almuerzo pero Alan se paró y fue a molestarlo pero yo lo tome del brazo y mirándolo fijamente a los ojos le dije: Ni siquiera lo pienses, el me miró fijamente a los ojos y me dijo: Si yo no lo molesto, alguien más lo hará, con fuerza retiro mi mano de su brazo, no pude evitarlo, fue hacia él un hombre delgado a insultarlo y después tiró su plato de comida al suelo, pero tal vez así era mejor porque si no otro le hubieran hecho cosas peores, no fue una primera buena impresión para aquel sujeto, pero la vid nunca da lo que uno quiere. Al ir a mi celda me encuentro con la sorpresa de que aquel sujeto estaría en la celda de mi izquierda, me daría todo el tiempo que requiera para conocerlo más y saber qué fue lo que hizo.
A los pocos días yo me encontraba en el patio de juegos cuando de repente me encontré a aquel sujeto, y se acercó a mi disimuladamente, mientras pensaba que decirle, él me dijo: Dicen que tú puedes conseguir lo que sea, a lo que respondí: Lo que sea, con tal de que me des un buen precio. Entonces este individuo se remango su polo y me mostro un lujoso reloj de oro, se lo sacó y me lo dio, yo le dije: Con esto, puedes pedir lo que sea, pero el sólo respondió riéndose: Bueno solo quiero una soga de 5 metros y un martillo, yo sabía lo que haría y me negué a conseguirlo, pero después de todo a mí que me importa, así que nos estrechamos las mano y me comprometí y conseguirlo, después le pregunte:¿Cómo te llamas?, él dijo: Andy Robbins, sentí que ese nombre me marcaria de por vida.
En aquel tiempo yo trabajaba temporalmente en la biblioteca que quedaba al lado de la ferretería de los guardias, así que era cierto, podía conseguir lo que sea; al anochecer cuando los guardias estaban detraídos le pase aquellos objetos y él me dijo: No todo tiene escapatoria ¿no? ,yo le dije sí, pero no podemos condenarnos a una vida infeliz por una elección de la cual estamos arrepentidos.
Al día siguiente yo casi estaba seguro de que se había quitado la vida, pero al llamado de los guardias lo vi, con una sonrisa en el rostro, como si estuviese disfrutando estar en prisión, al observarlo todo el día pude concluir que ya no pasara más por su cabeza aquella idea de quitarse la vida, mientras barría escuche de nuevo el sonido de un automóvil y veía que todos los presos dejaron de hacer sus cosas y se acercaron a las rejas a insultar y molestar a los nuevos, para mí eso ya no era de importancia pero pude darme cuenta que Andy fue a ver a los nuevos, yo estaba condenado a 35 años de cárcel así que ya perdí todo el interés de la libertad. Más tarde en el almuerzo pude tener la confianza de Andy y él me contó que un día que llegaba del trabajo encontró a su esposa muerta en su cama con heridas de bala, al resolverse el caso se pudo determinar de que el arma que se usó fué un revolver y que el cuerpo tenía 8 balas así que encontraron culpable a Andy, al ver sus huellas digitales por todo lado y le dieron cadena perpetua al pensar que después de descargar todas las balas del arma en la chica, volvió a cargar el arma y volvió a disparar, pero Andy aseguraba que no había sido él.
Nos juntamos con un grupo de personas e hicimos deportes, leímos libros junto con Andy, él trabajaba como notario público antes de estar en prisión así que le daba clases a algunas personas para cuando salgan de prisión puedan tener una carrera y poder trabajar, a Andy siempre le gustó ayudar a las personas, tenía cierto aprecio a uno de sus alumnos llamado Martin, él era su estudiante más destacado y el alcaide en ocasiones le daba trabajo porque él no quería pagar un notario público, Andy no tenía opción y hacia ese trabajo y a veces el alcaide le dejaba mucho, pero Martin lo ayudaba cada vez que podía, así que Andy siempre le tenía mayor aprecio, cierto día Andy estaba platicando con Martin y le comento que al salir de prisión, quería ser algo más que simplemente un ladrón, así que se comprometió a hacer todo lo que le diga, ¿Cómo lo sé yo? Porque Martin era mi hermano.
Ya habían pasado 8 años, claramente mi mente no lo podía procesar, en el espejo veía algunas canas, mi hermano era un niño y ya era más alto que yo, ese día ,ese despreciable día sentí que algo malo iba a pasar, y no suelo equivocarme, mi hermano ese día iba a salir de prisión, pero el sabía todo sobre el alcaide ya que atendía sus asuntos, ya eran las 2:00de la tarde y estaba conversando con Martin y Andy cuando los guardias llamaron a Martin y se despidieron, pero uno le dijo: Oye me ayudas, olvide mi arma en aquella banca, él no quería recogerla porque estaba fuera de los límites de aquella cárcel, pero no le importó, el policía le gritó: No olvides apuntar hacia abajo, te puedes hacer daño. Cuando Martin tomó el arma y regresó corriendo el guardia gritó: ¡Preso armado! Y vi claramente como una bala atravesó su pierna y otras su cabeza, Andy lloró como nunca, realmente le tenía afecto, yo aún no lo creía, estaba tan cerca de la libertad y tuvo que pasarle eso, Andy estuvo triste por todo un año, no hablaba con nadie, no comía, se peleaba con los guardias y ya no me hablaba, hasta un viernes que yo estaba con Alan en el patio hablando de lo buena que es la vida afuera de las rejas y Andy se sentó a mi lado, a Alan le desagradaba Andy así que se paró y se fue y Andy me dijo: Yo trabaje duro con tu hermano, enserio duro, ya estaba listo para ser profesor o incluso abogado, No fue justo lo que le paso, pero le paso y mientras lo acepte será mejor, en mi vida solo tuve dos buenos momentos, cuando le enseñaba a tu hermano era uno y otro fue debajo de un árbol, en una pradera, la primera de pasto amarillo yendo a Carolina del norte, cuando estaba con mi esposa y compartimos secretos, debajo de ese árbol enterré mi tesoro más grande, él momento fue casi tan bueno como cuando me compre una casa en El Caribe, pero fue felicidad momentánea, nunca me hubiera imaginado que estaría preso.Yo le dije: Andy fuiste el mejor amigo que tuve.
Andy solo me sonrió y se fue, sentí que con esas palabras se despedía de un largo viaje que haría, y que no lo vería nunca más, esa noche pasó por mi cabeza que a Andy por no tener un motivo por el que vivir se quitaría la vida, pero no podía hacer nada, después de todo ¿Qué le quedaba?, Al día siguiente me levante, ya estaba aburrido de ponerme los mismos zapatos todos los días, de ver las mismas paredes, los mismos guardias, pero en fin me levante y fui a formar, pero no vi a Andy, ya suponía que pasaba. Al pasar la lista gritaron: ¡¡Andy Robbinson, ANDY ROBBINSON, ¡¡más vale que estés muerto porque te dolerá la paliza que te voy a dar!!
Deje de escuchar gritos y ese guardia llamó a los demás y supuse que verdaderamente se había quitado la vida, pero entonces vino el alcaide y pensé:¿Tanto vale la vida de un preso?, cuando vi que 4 guardias venían hacia mí y me trajeron a empujones donde el alcaide, al ver la celda de Andy no vi ningún cuerpo, ninguna soga ni nada, entonces el alcaide me miro y me dijo: Tú y el eran como uña y mugre, así que dime¿¡A DONDE SE FUE!?.Yo no sabía que decirle, estaba tan desconcertado como él, ¿Cómo es que desapareció sin dejar pista?
Entonces él dijo: Ya sé que pasa aquí, él era un ángel ¿no?, Dios vino y se lo llevó ¿no?, desapareció como humo ¿no?
Pude observar que el alcaide sacó un cuchillo de su bolsillo y decía: No hay nada en este cuarto, solo concreto de 2 metro de grosor y estas celdas indestructibles, sin nombrar estos pósters de bellas mujeres, pero quisiera saber ¡DONDE ESTÁ ANDY!; mientras tiro su cuchillo con fuerza a uno de los posters que ocupaba todo el muro y se escuchó un sonido agudo, como si el cuchillo hubiese atravesado el muro, el alcaide sacó el gran póster y evidentemente Andy no era un Ángel porque había un túnel que llevaba al desagüe,
Lo que había pasado es que aquel día que Andy me pidió la soga y el martillo puntiagudo, tenía intenciones de quitarse la vida, esa noche trato de escribir su nombre en la pared para que después de morir lo recordaran, pero al escribir su nombre se desprendió un pedazo de concreto que estaba viejo, entonces Andy que sabía de arquitectura supo que esa prisión después de funcionar 70 años, los muros estaban viejos y gastados así que ideó un plan; compró un poster grande, casi tan grande como la pared y cuando todos dormían el hacia un túnel con el martillo detrás del poster, y al día siguiente sacaba el polvo entre sus pantalones y lo tiraba en la tierra. Después de trabajar 5 años como notario público del alcaide Andy sabia de todos sus movimientos y cuentas bancarias, todos sus fondos monetarios, todos sus ingresos, y ya había conseguido su firma con mentiras, sólo le hacía falta ir a un banco y retirar todo. Pero para eso le hacía falta ser libre, después de hacer su túnel no estaba terminado del todo su trabajo, tuvo que esperar noches tormentosas para así en cada rayo golpear la tubería con una roca, así no se sospecharían del ruido, tuvo que hacer eso durante 3 años más, la paciencia fue algo que siempre Andy manejó, pero no sé cómo alguien pudo soportar tanto tiempo estando tan cerca de la libertad, cuando una noche Andy golpeaba la tubería, esta se rompió después de dos años, pero no sería fácil entrar ya que tendría que arrastrarse por 2 kilómetros en una tubería angosta cubierta de excremento humano hasta la mitad, Andy se preparó mentalmente dos días para soportar eso, el ultimo día que estuvo en prisión se llevó uno de los ternos del alcaide en una bolsa hermética junto con unos zapatos, Andy Robbins se ganó su libertad al ser inocente y soportar todo tipo de abusos, y no solo eso, sino la astucia que tuvo al cavilar sobre la manera de escapar de prisión sin que nadie se diera cuenta, Andy se había ganado su libertad. Pero claro, ¿Cómo sabría eso el alcaide? cinco días después del escape de Andy se habían divulgado en las noticias los fraudes cometidos por el alcaide, resulta que era culpable por documentos falsos y fue sobornado por miles de dólares, yo solo estaba parado mirando la reja, esperando a que llegase la policía.
Entonces vi cómo llegaron 5 patrullas de policías y fueron a la oficina del alcaide. Después pude enterarme que cuando iba a ser arrestado el alcaide, este se disparó en el cráneo, estoy seguro que lo único que pensó antes de que el proyectil atravesara su cabeza fue ¡¿Cómo demonios escapo Andy?! y como se sabe nadie tiene la vida comprada. Mis días en prisión después de la partida de Andy ya no tenían sentido, no era como antes, hasta que un dichoso día me llamaron para un test psicológico y faltándome sólo 4 años me dieron libertad por buena conducta y por la asertiva nota en el test psicológico.
Un día regresando a mi casa pase por una armería y vi un revólver a buen precio, tenía el dinero en mi bolsillo, lo compré y fui a casa, recuerdo que me sentía ansioso por algo, puse las balas dentro del arma con dirección a mi cabeza, cuando pude recordar aquellas palabras que me dijo Andy (Lo del árbol con sus posesiones valiosas y su supuesta casa en una hermosa playa) no era algo que creía; pero después de todo, ¿Qué más puedo perder?, guardé el arma debajo de un mueble y con las pocas monedas compre un boleto de autobús hasta aquel lugar, no pensé en como regresar, pero sabía que no me arrepentiría, al llegar a ese gran árbol vi unas rocas grandes brillantes y planas, estaba agotado así que moví una para sentarme y al levantar la roca observé que había una gran caja de metal debajo de las rocas, moví las rocas y abrí la caja. Me di una gran sorpresa al ver cerca de cuatro mil dólares, el martillo que le di a Andy en prisión y una carta que ubicaba una pequeña playa en el Caribe. Fui hacia el pueblo y me compré el mejor traje que había junto con unos zapatos y un auto.
Entonces conduje hacia esa playa, me quité los zapatos, la camisa y comencé a correr hacia el mar, quería dejar mi vida atrás y tener una nueva, cuando llegué al mar y no vi a Andy ni una casa ni nada, me sentí decepcionado luego comencé a ver un bote acercarse y al ver a la derecha pude observar una bella casa, entonces el bote se pudo acercar lo suficiente para que pueda reconocer a su piloto, vi a Andy con una enorme sonrisa, de inmediato me puse feliz, fui a abrazar a Andy y él me dijo: “Después de todo, si se puede encontrar la felicidad dos veces”.
Andy me enseñó que, aunque no siempre se tiene lo que se quiere, hay que ser felices con lo que se tiene.
Seudónimo: François Ibañez