CICATRICES DEL PASADO
En un pueblo no muy lejano de la ciudad principal de Arequipa, vivía Gabriel un niño de 13 años acompañado de su mamá de nombre Mónica, y su padre de nombre Ismael. Los tres vivían en una pequeña casa de paredes que se despintaban y el techo era de calaminas su casa quedaba ubicada en la zona alta de Tiabaya, la zona no era muy transitada y muchas veces no se escuchaba ruido alguno, sus calles eran anchas de tierra con altibajos y la mayoría de sus pobladores trabajaban en la agricultura y ganadería
La madre era muy compresiva, cariñosa con Gabriel ella tenía una vieja máquina de coser y de vez en cuando arreglaba ropa descocida o reconstruía alguna prenda de vestir de Gabriel que cuando niño gastaba sus pantalones, no podía hacer más porque no era muy estable de salud, trabajaba en los quehaceres de la casa manteniéndola en un buen estado y siempre preparaba los alimentos a, tiempo para su esposo y desde luego para su hijo. Ismael se dedica a las obras de construcción, él no era muy afectuoso con Gabriel ;pero se preocupaba mucho por los dos , si terminaba temprano su trabajo , le pedía horas extras de trabajo a su jefe a cambio de un dinero extra; pero aunque casi siempre no recibía un reconocimiento en el pago y aún trabajaba con la esperanza de poder llevar algo más de dinero a su casa, Ismael quería mucho a Mónica y siempre que podía aconsejaba a Gabriel que tiene que ser el mejor en sus estudios para tener un mejor futuro.
Ismael era algo serio y como todo ser humano reía y jugaba con Gabriel una que otra vez, también gustaba de tocar la guitarra y trataba de enseñarle a su hijo Gabriel.
Ismael y Mónica llevaban un hogar tranquilo, pacífico no eran de discusiones fuertes muy pocas veces tenían palabras en voz alta llegar al extremo de pegarse entre ellos, siempre trataban de darle un buen ejemplo a Gabriel quien era su hijo único.
Un día su madre le dijo:
—Gabriel levántate ya tienes que irte al colegio
En el colegio Gabriel no tenía más que un amigo Ángel, quien era más callado que Gabriel, en su colegio Gabriel era muy conocido por las maestras y compañeros porque tenía siempre el primer puesto en sus estudios, esto provocó que muchos de sus compañeros le tuvieran celos y egoísmo y solo Ángel que ocupaba sexto puesto se acercaba a él y había una diferencia de trato y consideración entre estos puestos de parte de los maestros pero ellos eran amigos entrañables a ninguno de los dos les interesaban las muchachas de la escuela.
Cierto día cuando no había clases, la mamá de Gabriel recibió una carta donde le informaban que su esposo falleció en la obra de construcción debido a un accidente donde se encontraba trabajando. Cuando su mamá recibió la carta lloró como nunca antes lo había hecho su dolor fue tan grande que le produjo un desmayo; Gabriel lloró tanto como su madre, pero no en frente de ella lloraba por las noches cuando no podía dormir.
El día del funeral el Jefe de Ismael le entregó a Mónica un sobre en su interior un dinero y un Diploma de reconocimiento al mejor empleado que había tenido la empresa.
Pasó un tiempo después Mónica se repuso con duras penas y tenía que afrontar su situación y empezó trabajando vendiendo limas, naranjas por kilos pasaba por las casas todas las mañanas con mucho empeño y superando las negativas de los pobladores , en tanto Gabriel estudiaba más que nunca y siempre trataba de cumplir con sus tareas y de ser el mejor en sus estudios como le decía su papá, cuando Gabriel regresó a su casa pudo ver a su mamá que venía con una bolsa del mercado; no dudó y fue corriendo a ayudarla, tomo la bolsa con fuerza y empezó a correr, en ese momento cuando volteó a ver a su mamá para atrás pudo ver que un auto rojo venía a gran velocidad, dejó la bolsa en el piso y corrió advertirle a su mamá; pero cuando Mónica entendió el mensaje de sus palabras ya era demasiado tarde el auto ya estaba lanzándola por los aires había impactado con gran fuerza a su madre, las piernas se doblaron y cayó al piso pero se levantó, pero el auto aceleró a toda prisa y la madre de Gabriel estaba en el piso sobre un charco de sangre y Gabriel empezó a gritar pidiendo ayuda cuando llegaron al hospital le dijeron que su mamá estaría bien y con unos días de hospitalización se recuperaría :pero necesitaría donación de sangre y los médicos le pidieron algún familiar cercano y mayor, y recordó que su tía vivía cerca y Gabriel la llamó a su celular, cuando su tía llegó preguntó qué tipo de sangre necesitaban para la donación y ellos respondieron que el tipo de sangre es O-Rh en ese momento su tía Rosita bajó la cabeza y dijo que ella no tenía ese tipo de sangre, este momento fue terrible para Gabriel y en un instante Gabriel sintió escalofrió temor y susto y todo al mismo tiempo y entonces expresó:
—¡Doctor, doctor tal vez yo, tenga su mismo tipo de sangre por favor podemos hacer la prueba!
Entonces el doctor al verlo preocupado le dijo:
—Está bien vamos al tópico.
Y luego unos minutos de espera instaló todo lo necesario para hacer la transfusión de sangre y Gabriel sintió un sueño pesado y se quedó dormido y después de un breve sueño despertó y lo primero que hizo es preguntar por su mamá y vio la enfermera para decir que su mamá estaría bien solo tenía que estar internada por un tiempo más hasta su recuperación completa , él se sintió un poco más tranquilo y dio un suspiro de alivio y estaba contento muy contento; pero su tía le dijo Gabriel ya vámonos tienes que ir a alimentarte y lo llevó a su casa , llegaron y preguntó:
—¿Te vienes conmigo?, no puedes quedarte solo.
Pese a su insistencia Gabriel no aceptó y decidió quedarse en la casa solo y buscar trabajo.
Al día siguiente Gabriel fue a comprar las frutas que vendía su mamá para ofrecerlos de casa en casa , después de una semana de duro trabajo y esfuerzo pudo comprar algunas de las medicinas que necesitaba su madre e iba a visitarla por las tardes; su madre se preocupaba por los costos y medicinas , Gabriel le decía mamá yo estoy trabajando no te preocupes mientras no empiecen las clases trabajaré y Mónica se dio cuenta de que su hijo estaba creciendo y había tomado decisiones que lo harían madurar y salir adelante.
Una noche de la tercera semana de hospitalización cuando regresaba a su casa vio que en un tacho de basura algo se movía, él se asustó mucho, pero cuando lo levantó vio un pequeño cachorro de pelo gris y ojos de color plomizo algo flaquito pero le movió la colita y despertó en Gabriel un sentimiento profundo de tristeza y no lo pensó más y decidió llevárselo a casa. Con el nuevo integrante de la familia estaba muy contento prepararía su cena para dos.
Una mañana que llegó a una casa vecina, estaba vendiendo cuando un señor de mirada fija y el cabello blanco, alto muy bien vestido lo llamó. Este señor, quien lo había observado hace ya varios días le ofreció regalarle un carrito para frutas que su hija usó hace ya muchos años y ya no lo necesitaba y Gabriel estaba muy agradecido con este hombre y después de todo vender frutas y limonada no era mala idea si estaba tratando de salir adelante. Ya de regreso a su casa le esperaba Platina quien le movía la colita y lo recibía con brincos muy contenta pero esperaba una sorpresa más grata aún, estaba su madre preparando la cena en la cocina ya que le habían dado de alta, este era su regalo de la madre para su hijo querido y Gabriel llegaría con una buena noticia, se tenían uno para el otro, la abrazó con fuerza y contento lleno de alegría había sido un día lleno de alegría y emociones y su madre lloró de alegría por su pequeño hijo que era un buen muchacho y estaba creciendo más entonces le propuso a su madre que continuaría vendiendo en el carrito frutas en tanto ella pondría una pastelería en casa. Así ella no haría tanto esfuerzo.
Así paso las vacaciones y había llegado el tiempo de ir al colegio asistió muy temprano y con muchos deseos de superación y se sentó al lado de su amigo Ángel que estaba muy contento. Al cabo de dos años su madre pudo inaugurar una tienda de dos pisos donde vendía limonada pasteles helados y era un minimarket Ángeles, su sueño se había cumplido con mucho esfuerzo y perseverancia, Gabriel estaba contento con su nueva casa y tenía una habitación grande solo para él y podía jugar con Platina quien también había crecido y tenido dos cachorritos Uriel y Amitiel a él le gustaban esos nombres porque le recordaban a la historia que su padre le contaba todas las noches antes de dormir, es así como Gabriel logró superar el pasado y la ausencia de su padre ahora estaba contento muy alegre con recuerdos del pasado que dejaron herida, pero con un futuro lleno de ilusión y esperanza dispuesto a superarlo todo.
Seudónimo: Anne