La maquinaria de la ciudad de Christian Pastor Cervantes
Quisiera hoy ser feliz de buena gana
Ser feliz y portarme frondoso de preguntas.
César Vallejo
La ropa está secándose de vergüenza
Unos cuerpos se evaporan en humo
Detrás de un pupitre
Dos viajeros esperan la muda de su piel.
Si en los bailes de odaliscas letradas
Buscáramos sus ojos
Una canción de recuerdos memorables
Mi cómplice destronaría las expectativas de los dioses.
Calaste con sutileza, tú unción de hada
No sabes lo amargo de las pupilas sollozando
Nunca pensé en verte venir, tampoco verte
Convertida en sueño de luna
Lunar en las olas.
Una fragata se hunde bajo el reino del tísico
Una bravía niebla desnuda la tez rugosa
De una ciudad con pliegues en la frente
Vomita racimos de shorts y sandalias de a diez
Enjambre de cuerpos tostados se tiemplan en la lira
Los rayos lunares evaporan lisonjas melodías.
Me detuve sin dejar de oír
Una huella de arena desaparecía sin rastro
Ni rostro
/Como/ - /cuando/
La lluvia lava las penas envenenadas.
La mar es don de maternidad
Con la fuerza de patriarca nos muestra el mar
Cuando recoge en su regazo
A volátiles carcajadas de una legión de pájaros.
Hoy volveremos a olvidar
Nuestro encuentro
Nacimos dueños de la libertad
Aquí encerrados en la mente
Ocupamos espacios vacíos
Hoy iré a buscarte, déjate encontrar.
GATEANDO POR LOS BUSES de Christian Pastor Cervantes
A Leyre Valeria, la primera nieta del sol
Afuera me espera el oleaje citadino
Las pistas desatadas exprimen coches
Ando atajando la marea para que no suba
A la vereda.
Jamás me esperan las palabras
Siempre voy a buscarlas en cada misión iraquí
Antes de estirar el péndulo veo tristezas esperando
Me detengo pues así no se puede disfrutar del viaje
Hago cruzar de continente a continente la experiencia
Y a la tristeza la desaparezco haciendo malabares.
Entonces las palabras me siguen.
No es fácil abordar las nubes estos tiempos
Se escabullen al escuchar un gesto vulgar
Por eso llevo conmigo siempre un tótem
Extractor de sonrisas en cada bajada temporal.
Tienes suerte de leer manejando
Muchos quisieran reposar sus rostros en el retrovisor
Se conforman con ser domino en una guerra a hombros
Gruñendo en sus adentros acerca del sol perfumado.
Me miro enganchado a un asiento salomónico
Y me miran como película a blanco y negro: mudos
Esperando avanzar la cola que sigue creciendo
Aprovecho para rascarme los dientes.
Las rutas se estrujan en sus vientres por toda Arequipa
No hay una sola esquina sin servicio de transporte idílico
Los cobradores te recitan versos borgeanos de memoria
Y si te subes a la Cotum allí prefieren a Melgar
Doy de vuelto dos Yaravíes
Porque la ruta es larga y tengo que pagar esta vez
Así despilfarro poemas por las ventanas lunares
Impregnándose en las tiendas del centro prehistórico.